Edgardo Dobry

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Una evocación - Edgardo Dobry

Cuándo empezó el incendio

del corazón, cuándo encendió

con el oxígeno

ya respirado el rastrojo

de los segundos nuevos.

Vienen el día y la noche

Como residuos del giro,

queda una esquirla de sol,

llama votiva de lo que aún

no tiene lugar, no puede,

y sueño ya no es cifra de la muerte.

La mañana brota de una papa

de cincuenta ojos insomnes.