Manu Erena

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A quién vamos a engañar -  Manu Erena

Hace poco pensaba
que la mejor forma
para no mojarme durante la tormenta
era meterme en ella.

Mis lágrimas me hacían creer
que era cierto que el tiempo
lo curaba todo,
y que después volvería la calma.

Pero eso acabó.
Mis ojos fueron obligados a abrirse,
y ellos solo querían seguir soñando
una realidad paralela para evitar los golpes.
Esos golpes que poco a poco
convertían mis fuerzas en caídas.
Esos golpes que me hicieron ver
que lo perfecto no existe.

Me tocaría ser fuerte
y afrontar que la vida
puede abandonarte en tu propio desastre
en cualquier momento,
y a nadie le va a importar.
Y sí, es muy bonito
pensar que nunca te dejarán
por otros atardeceres
llenos de constelaciones,
cuando tú eres una simple estrella.
En realidad, siempre seguiré esperando.
Esperando a que volvamos a ser
nosotros de verdad.