José Pedroni

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Romance de la mujer que espera - José Pedroni

1

De codos en el balcón,

calle antigua de la iglesia,

con un libro que no lee

está la mujer que espera.

Ha llovido, y el chubasco,

sembrador de manos llenas,

para gloria de chiquillos

tapó de arroz las veredas.

Niñas de la vecindad

están barriendo las piedras;

todas la mujeres barren,

menos la mujer que espera.

Flor de lluvia, en el balcón

qué hermosa se siente ella;

qué hermosa para aquel hombre

todo mojado que llega.

El agua, echada a su paso,

le detendrá en la vereda,

y quizá le diga él,

lleno de buenas maneras:

_¿Por qué tienes a la lluvia

así caída en tu acera?

¿No ves que los pies del hombre

poco a poco se la llevan?

Mujer, levanta los ojos.

¡Qué lindos ojos, estrella!

Pero el hombre no la habló.

Pero la mujer espera.

2

Personaje retrasado,

la luna entra en escena.

¿De donde viene la luna

que viene comida a medias?

La luna fue sorprendida

por los perros en la hierba

y para subir se ayuda

de la ramas de la tierra.

Flor de noche, en el balcón

está la mujer que espera.

Lo que le falta a la luna

lo tiene de sobra ella:

Claro de luna su frente;

anuncio lunar sus piernas;

el lado desconocido

de la luna en su cadera,

y dos lunas en su pecho

que ya no puede esconderlas.

Lo que le falta a la luna

lo tiene de sobra ella,

y lo tiene para el hombre

que pase por la vereda.

¿Será aquél que en el café

en mesa de paño juega

con tres esferas que son

tres lunas sobre la hierba,

o aquél otro que en la esquina

fino bastón revolea

para lucirle la luna

que en la empuñadura lleva?

¡Ay, qué hermosa está y qué sola,

qué sola la luna llena!

3

Tocada la medianoche

en el reloj de la iglesia,

una mujer con la luna

se va a la cama con pena.

El aire la está mirando

por el ojo de la puerta:

ya se quita los anillos,

ya se saca la pollera:

ya a sus pies deja caer

un montoncito de seda;

ya el antifaz de sus pechos

en el picaporte cuelga;

ya quiere leer un libro,

ya apaga la luz, ya piensa.

¡Ay, ya se pone a llorar

con la melena revuelta!

Afuera la luna baja,

es un globo que se quema.