Ana Emilia Lahitte

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Algunas maneras de ensayar el adiós -  Ana Emilia Lahitte

Cada latido, pendular, descalzo, regresa al universo.

Somos lo que no vemos. Somos lo que ignoramos. La sombra es la única constancia del aún estar después de haber huído.

Amo el temblor radiante de mi propia intemperie.

La desnudez fue siempre mi guarida secreta.

Costó tanto inventarse, cavarse, mutilarse, antes de regresar al fondo del espejo.

10 

Lo importante es la sed. Ser un mismo desierto.

13 

Fascina Este límite Donde el haber vivido se desprende como la piel de una serpiente.

18 

Sí, las heridas son el mejor manuscrito.

32 

Envejecer es esto, recordar vagamente la piel de los amantes.

37 

Sólo creo en los ángeles heridos, en su examen de luz en los infiernos.

38 

La duda es un extraño paraíso donde Dios puede al fin dejar de ser eterno.

42 

Amo secretamente el casos que me ama.

44 

Es difícil morir. Más difícil aún saber si estamos vivos.