Gonçalo M. Tavares

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El sol - Gonçalo M. Tavares

En la infancia el sol era un compañero más alto,

que llegaba el primero al campo de fútbol, y ahí, quieto,

guardaba las espaldas de la portería y la hierba que se calentaba.

Como si el sol fuese de hecho un instrumento de cocina,

perfeccionado, antiguo, pero instrumento, materia

que los niño agarraban con los dedos y cuya

intensidad podían con la propia voluntad regular.

por ejemplo: cuando la luz era excesiva

Los dedos protegían los ojos: otras veces

El cuerpo parecía la conclusión

Natural, instintiva, del calor que venía de arriba:

recibíamos el sol como el punto final recibe

una frase. Hacía más sol cuando yo tenía seis años

(¿Quién lo hacía?) o con el tiempo y el aburrimiento

¿Me fui distrayendo?